Permitidme esta reflexión. Le he estado dando vueltas y mas vueltas para intentar explicar correctamente la idea que quiero transmitiros. Esto en base a que un Sensei debe no sólo trabajar un arte marcial en lo físico sino también en lo mental y espiritual.
Estando el otro día (hace una semana) esperando mi turno para entrar a la consulta de mi médico habitual, un hombre me dijo algo así: "éstas son las manos de un viejo, no me dado cuenta y ya estoy así" y continuó " No puedo hacer nada, no puedo ya salir con amigos a tomármelas " y alguna queja mas. Todo ello sin conocerlo de nada. Resulta que el hombre tiene 83 años, se vale por sí mismo, tiene novia y ninguna enfermedad mortal.
Siempre queremos mas, pero algunos de manera irracional.
Pero eso me dio pie a mirar y pensar sobre mis propias manos. Manos que ahora son capaces de hacer un daño terrible, que manejo con velocidad y precisión después de haber dedicado un trabajo enorme para mejorarlas. Pero con lo que me quedaré siempre es con la sensación de ternura al acariciar a mis seres queridos, al sentido de la amistad al abrazar a mis allegados, al orgullo al felicitar a mis alumnos...
TE, mano. TE WAZA, ténica de mano. KARATE, mano vacía. OKINAWA TE, mano de Okinawa...
Las arte marciales están llenas de referencias y trabajos sobre las manos. Las escuelas blandas o internas trabajan quizás mas la precisión, el agarre, luxaciones y proyecciones. Las escuelas duras lo hacen sobre la conversión de las manos en armas durísimas capaces de causar verdaderos estragos.
Nosotros trabajamos a medias. Las endurecemos pero necesitamos que sean ágiles y veloces al agarrar o presionar. Trabajo intermedio.
Todo ello con el acompañamiento postural y corporal adecuado... ¡no es fácil, no!. Si no te lo enseñan bien, no vas a lograr nada mas que quizás artrosis y otras patologías sobre tendones y articulaciones.
Una última consideración: trabajamos el ataque a las manos, al menos en mi Ryu....
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