El Sensei y su discípulo (continuación)

En esta entrada he optado por comentaros cómo entreno yo a mis alumnos (no discípulos).
Evidentemente a una Ryu (escuela) llegan una mayoría de alumnos que vienen totalmente despistados. Los mas documentados lo han hecho por internet (¡horror!) cosa que no les sirve para nada. Digo ésto porque entre un estilo de Ju Jutsu que se imparte hoy en España y el mío hay una gran diferencia así como con otras ryu.

Lo que hago es un entrenamiento tradicional pero el del origen. Es decir, este estilo de enseñar militarista (y soy militar, por eso lo digo), está de mas para el alumno normal. Ni hay que formar (salvo en algunos momentos) ni hay que hacer todos lo mismo y mucho mas que poco a poco comentaré. Evidentemente es mi opinión y puede ser rebatida. Yo por lo pronto opto por mi sistema.
Si somos distintos y nuestras capacidades son distintas es de lógica aplastante que no podemos aprender a hacer lo mismo así, sin mas. Por ejemplo, si mi elasticidad de piernas es nula lo de golpear con fuerza a la cara es una utopía. Si mi cadera no genera velocidad y potencia ascendente lo de proyectar en O goshi pues.... Con duro entrenamiento podré mejorar pero siempre seré mediocre en comparación con los mas dotados.
Cuando un gran maestro "inventó" un kata tras muchas pruebas y ejercicio mental, normalmente lo hizo cuando era jóven, El resultado final es que a su vejez ya no pudo repetirlo. ¿Entonces es eficaz?. Es mas, si tus capacidades no son las mismas que las del citado maestro ¿te vale su kata?
Después de tantos años un maestro como yo tiene que tener la habilidad para acoplar el arte a su alumno, y enseñarle "su arte", el que le acompañará el resto de su vida. Además queridos lectores creo que es la mejor forma de avanzar en el mejoramiento de la ryu. Si te empeñas en hacer un huevo frito siempre igual nunca harás una tortilla...
Y , así se entrenaba mucho antes de que a un sargento de Okinawa se le ocurriera el entrenamiento de filas actual en muchas ryu para hacer una demostración a un ministro del Japón... y desde entonces...
Como os he dicho poco a poco os comentaré cómo lo hago. No os tiene que gustar pero al menos veréis algo diferente.
Lo que sí os aseguro es que los resultados son, en algunos casos, muy buenos e incluso espectaculares.